Sexología y Terapia de Pareja: ¿Es tan importante el sexo en nuestra relación de pareja? ¿Cómo podemos mejorar nuestra sexualidad?
Aunque sabemos que el sexo es una parte muy importante de la relación de pareja, no para todos tiene la misma importancia. Hombres y mujeres mantenemos una respuesta sexual muy distinta y este hecho nos hace tener una visión de la sexualidad diferente.
Aun así, sabemos que la sexualidad en la pareja es un ingrediente fundamental para un mayor bienestar en la relación. Diversos estudios científicos muestran que una mejor vida sexual se relaciona con una mejor calidad de la relación de pareja y que una buena comunicación y afectividad en la pareja también se relaciona con una mejor sexualidad.
Las parejas necesitamos mantener viva nuestra sexualidad para sentirnos más completos y satisfechos con la relación.
¿Cada cuánto debemos mantener sexo para ser una pareja feliz?
La necesidad de mantener relaciones sexuales en pareja puede variar mucho en cada individuo/pareja y no existen cifras "normales" por lo que refiere a la frecuencia sexual.
Depende de cada pareja, de cada persona, del tipo de relación que se mantenga, del tipo de relaciones sexuales... y de muchos otros factores.
Con el paso del tiempo, del contexto vital y de los cambios que suceden en la relación de pareja, la sexualidad va transformándose; la importancia de la sexualidad y la frecuencia suelen ser variables a lo largo de nuestra vida sexual en pareja.
Pero es muy importante tener presente que la felicidad en la pareja depende de muchísimos otros factores además de la sexualidad (comunicación, afectividad, empatía...) y que ellos son fundamentales para que tengamos una sexualidad de calidad.
¡Hablemos de sexo!
Una de las principales acciones que debemos realizar cuando observamos que nuestra sexualidad en pareja no funciona, es hablar de ello. Hablemos, comuniquemos con la pareja aquello que nos ocurre (ya sea nuestra necesidad de cambiar algo en nuestra sexualidad, de aumentar la frecuencia, de sentirnos entendidas/os por nuestro bajo deseo...). Cuando evitamos hablar del tema, suele generar incertidumbre, estrés e insatisfacción sexual.
Hablemos de nosotros
Aún más importante es hablar sobre otros componentes de la relación como nuestra comunicación, afecto, capacidad de resolución de conflictos... si no estamos satisfechos con nuestra relación de pareja difícilmente tendremos una buena sexualidad.
Busquemos espacios para dedicar a nuestra sexualidad
Una de las demandas más recurrente que nos encontramos en consulta a nivel sexual, es el desequilibrio de deseo sexual entre hombre y mujer. Este hecho suele generar una elevada frustración tanto a la mujer/hombre (que anhela tener más deseo) como al hombre/mujer (que siente frustración e inseguridad por la falta de deseo de su pareja).
Una de las principales propuestas que realizamos en terapia sexual es buscar el momento para dedicar a nuestra sexualidad. En nuestro día a día, cargado de obligaciones, actividades, trabajo... encontramos momento para muchas cosas, incluso para dedicar varios minutos a nuestras pantallas, pero nos cuesta horrores encontrar un espacio para nuestra sexualidad.
Busquemos ese entorno, igual que lo encontramos para muchas otras cosas; debemos reservar espacios de aproximación afectiva, sin marcarnos expectativas de como deberá ser o como deberá acabar nuestra relación. Quizás no finalizamos con penetración y ello no debe frustrarnos; lo importante es encontrarnos, no es tan relevante la manera en la que lo hagamos mientras esta sea placentera.
Variemos nuestro repertorio sexual
La monotonía, el conocer con detalle cómo va a ser nuestro encuentro sexual suele perjudicar a la calidad de nuestras relaciones. Animémonos a reinventarnos, buscar nuevas maneras de acercarnos, de acariciarnos, de besarnos y de disfrutar el uno del otro.
Podemos empezar por visualizar conjuntamente alguna película erótica o pornográfica, ducharnos juntos y enjabonarnos, descargarnos alguna APP de juego sexual... ¡juguemos!
Disfrutemos de nuestra sexualidad de manera plena y tengámosla presente en nuestra vida en pareja.